Se trata de un proyecto holandés que cuenta en parte con colaboración española (concretamente en los sectores de estrategias de producto y de mercado) en el que el objetivo a lograr consistía en la creación de un dispositivo móvil de última generación fabricado de forma justa y responsable.

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Para ello los creadores se han encargado de comprobar y controlar que cada eslabón de la cadena de fabricación y montaje funcione de forma justa, tanto en el ámbito directamente humano (ocupándose de que los obreros que trabajan en su realización cobren un salario más digno, con horarios razonables y unas adecuadas condiciones sanitarias y de seguridad), como en el ecológico y político.

Por ese motivo han localizado materialmente el proyecto en la República Democrática del Congo, para que los beneficios reviertan en gran parte allí y se mejoren las condiciones de algunos de sus habitantes, además de para controlar que las materias primas utilizadas en la fabricación del teléfono (como el estaño o el coltán) no procedan de minas conflictivas.

El control de estas premisas éticas lo llevan asociaciones como Conflict-Free Tin Iniciative y Solutions for Hope.

El FairPhone se pondrá a la venta en otoño por poco más de 300€. Vendrá con la instalación de Android 4.2 Jelly Bean; una pantalla de 4,3 pulgadas y el ultra-resistente Dragontail Glass; además de con una cámara de 8 megapíxeles, 1Gb de memoria RAM y 16 gigas ampliables con tarjetas Micro SD de memoria interna.